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Reseña de einmal ist einmal extraída del texto "Reflexiones musicales sobre un fascismo cotidiano" escrito por Paco Yáñez lunes, 25 de junio de 2018

fuente original: mundoclasico.com

El segundo estreno del programa vino de la mano de Jacques Zafra (Ciudad de México, 1986), que presentaba su partitura para saxofón, violonchelo, piano y tres pistas de audio Einmal ist Einmal [sic] (2018). Zafra tomó como inspiración la obra de Carlos Garaicoa Trottola, con la cual invita al oyente a tender asociaciones. Estamos ante un trío instrumental muy refinado, en el que el violonchelo adquiere una presencia muy destacada, a modo de voz principal. Su escritura es, precisamente, la más rica y variada dentro del trío, con proliferación de armónicos y una sonoridad en flautando muy liviana de la que ha dado cuenta Thomas Piel con su habitual excelencia. También el desdoblamiento de la voz instrumental ha presidido el aguerrido trabajo de Pablo Coello en un saxofón que funciona en muchos compases a modo de complemento o contrapunto del violonchelo, destacando la proyección en multifónicos para dar mayor volumen y registros a un trío cuya presencia, por espectros armónicos, parece mayor que la estrictamente compuesta por su orgánico. Dentro de dicho trío, el piano tiene un papel más parco, apenas puntuando las voces de saxofón y violonchelo. David Durán combina el lenguaje de alturas en el teclado, un seco y anti-reverberante uso de la sordina, así como el ataque extendido al arpa. Los tres músicos funcionan a lo largo de Einmal ist Einmal en distintas asociaciones que van de lo más abigarrado y denso a pasajes solistas que nos ponen frente a las reflexiones (tan potentes en su obra) de Carlos Garaicoa sobre la sociedad y sus dinámicas de poder internas.

 

Dentro de tales dinámicas artístico-sociológicas, las tres pistas de audio complejizan aún más la topología acústica, aportando lo que parece el murmullo de la ciudad, incluso dificultando el diálogo y el entendimiento entre los instrumentos acústicos. Por tanto, una interferencia entre lo humano y lo virtual: algo con tantas connotaciones en nuestras sociedades de la (des)información. Siguiendo el análisis de los procesos de conflicto tan habituales en Garaicoa, subyace la idea de un nuevo fascismo en los mecanismos de sometimiento y control vía electrónica; en esta partitura, explicitado en aquellos compases en los que las pistas de audio abducen al trío instrumental hacia su lógica rítmica, marcando nuevas pautas externas que se dirían teledirigidas. Incluso dentro de la propia electrónica, las presencias de la voz humana -que al principio escuchamos- se van progresivamente desdibujando, hasta que en escena resta un magma indefinido: o la máquina como agente deshumanizador de una persona que de homo sapiens deviene homo autómata. Esa alienación y progresivo resquebrajamiento de la voz humana tiene su correlato en el implacable morendo del trío acústico, que concluye en un violonchelo desde el que había nacido Einmal ist Einmal, aunque de un modo en absoluto circular, pues el viaje al que nos invitaba Zafra es, como el de Hachè Costa, todo un descenso al infierno, una mirada tan lúcida como pesimista a la sociedad que nos rodea: una sociedad, aquí musical, de la que habremos de rescatar su brillante escritura para violonchelo y saxofón, así como la densidad artística y la seriedad musical, para tomar una mayor conciencia de quiénes somos y de hasta dónde podemos llegar como partes individuales de un colectivo social intercomunicado.

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